También conocidos como los matices, los cuales una vez entendidos de manera clara y precisa se puede observar cual representa nuestro reflejo interior acorde a cada uno de ellos, los matices corresponden a las siguientes situaciones:

Similitud

Lo que nos molesta de otra persona es porque pertenece a una parte de nosotras la cual no terminamos de aceptar, es el reflejo de lo que hay dentro de mí, la manera por la cual reaccionamos de manera abrupta hacia rasgos en otras personas son los mismos que poseemos y nos cuesta aceptar porque consideramos poco agradables. 

Es decir, nuestro mecanismo de defensa personal se activa ante la similitud que tenemos con una persona, este es uno de los espejos transformacionales, pues tenemos la oportunidad de identificar, trabajar y mejorar.

Uno de los ejemplos más comunes, es cuando en el trabajo conocemos a alguien que tal vez, nos incomode cuando interrumpa a alguien al hablar e incluso dentro de situaciones se coloque como protagonista, posiblemente porque una parte de nosotros es así. Y esto de igual manera puede pasar de manera positiva, durante mi formación profesional admiraba a una profesora por su nivel de productividad, conocimiento y organización porque dentro de mí hay una parte que es así, sin embargo, no lo veo.

Oposición

Cuando algo nos parece molesto es porque somos contrario a eso, estamos del otro lado, de acuerdo con Noguchi tenemos determinados rasgos o conceptos sumamente arraigados que al presentarse con su opuesto nuestra reacción es negativa, pues es un mecanismo de refuerzo a nuestra identidad. Por lo cual, se recomienda encontrar ese equilibrio, pues los extremos nos separa de nosotras mismas.

Un ejemplo, cuando percatas que una compañera de trabajo no entrega a tiempo sus trabajos, procrastina demasiado y eso de cierta manera se logra molestar porque dentro de ti no te ves así, al contrario, das un poco más de lo que deberías y justo ahí es el llamado de acción para encontrar un equilibrio.