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Cuando ya no puedes más: Burnout

En pocas palabras

El síndrome de burnout es un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta principalmente por exigencias agobiantes, estrés crónico e incluso insatisfacción laboral, quienes lo presentan sufren de desmotivación e insatisfacción al realizar sus actividades, así como síntomas físicos, tales son dolores de cabeza y dificultades para dormir.

Una de las recomendaciones es realizar ejercicios de tensión muscular, respiración, reconectar con nosotros, dedicarnos un minuto de silencio y lo más importante: acudir con un profesional.

Empezando a sentir

En realidad todo empieza poco a poco, sin darte cuenta, un día puedes realizar todas tus actividades de manera rutinaria, como siempre has establecido, luego de unos días las actividades que hacías se van reduciendo en cantidad con las excusas o no excusas sobre falta de tiempo, falta de motivación, falta de ganas o simplemente y una de las dura es por falta de pasión.

Lo que antes te apasionaba, ahora cuestiones, lo que antes te gustaba ahora dudas, lo que hacías por sinergia, ahora sobre piensas, es el sentimiento que concluye con autorespuestas como: 

“Tengo que hacerlo, pero no puedo”, “Quiero hacerlo, pero ya no puedo” “Ya no se si ahora lo quiero”

Las limitantes que antes no veíamos empiezan a surgir porque de un día a otro nos dimos cuenta: que teníamos un agotamiento mental, emocional y físico. 

Es ahí donde te das cuenta que en realidad te estas quemando por querer seguir haciendo las cosas a pesar de estar desmotivado, frustrado y desinteresado porque en realidad anhelas muy dentro de ti querer pero tu corazón, alma, cuerpo y mente te dicen que ellos ya no pueden ir más allá. 

Las llamas surgen

¿Esta semana qué tan feliz y motivado has estado? ¿Cuántas actividades realizaste con una actitud positiva? ¿Cuántas actividades acabaste así como empezaste? 

Si tus respuestas son positivas, afirmativas y no muestran ninguna preocupación, posiblemente esto no es para ti, sin embargo,

¿Esta semana cuántas veces estuviste desmotivado? ¿Cuántas actividades dejaste de hacer? ¿Cuántas veces fuiste a la cama cuestionando lo que querías, lo que hacías, a qué te dedicabas? ¿Cuántas veces quisiste posponer porque no te sentías con ganas?

Si tus respuestas son: afirmativas, más de tres, varias veces, o muchas veces, posiblemente esto si es para ti porque lamento decirte que te estas quemando cada día por cuestionar, forzar y tratar de manera constante.

Mejor conocido como el síndrome de burnout o síndrome del quemado, uno de los trastornos más diagnosticados y conocidos de lo que se cree y el cual ha tenido un incremento debido al confinamiento y búsqueda de la nueva normalidad. 

El origen de dicho síndrome surge en 1974 por primera vez con el psicoanalista Herbert Freudenberger, quien observó en Nueva York una pérdida de energía progresiva hasta sufrir agotamiento durante un estudio de clínica para toxicómanos. 

Así mismo, logró detectar los síntomas de ansiedad, depresión y desmotivación en el trabajo, el cual, hoy en día el burnout puede replicarse en cualquier ámbito de nuestras vidas. 

En ese entonces, las palabras de Herbert para describir lo que pasaba fue: 

“Una sensación de fracaso y una experiencia agotadora que resulta de una sobrecarga por exigencias de energía, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador”.

 

A partir de ello, de acuerdo con varios autores el síndrome puede surgir por trabajar excesivamente hasta el límite olvidando que la vida no se trata solo de trabajar, otros mencionan que es el resultado de querer emparejar las actividades de su día a día hasta querer llegar al perfeccionismo.

Burnout: agotamiento en su esplendor

El síndrome de burnout podemos observar como sentimientos de agotamiento, fracaso, vacío, baja autoestima , pero uno de los detonantes más aterradores e inquietantes es la frustración sobre la realización personal, considero que es uno de los peores detonantes porque cuestionar una vida entera es ese dolor en el pecho que nadie quiere sentir, nadie quiere poner en duda lo que ha logrado hasta ahora, nadie quiere pasar noches en desvela pensando si los caminos que ha tomado son los correctos, nadie soporta decir y pensar en el famoso hubiera. 

De acuerdo con Adály López, psicóloga y creadora de “1 minutos de psicología” en diversas plataformas, menciona que el burnout se compone de un agotamiento emocional y una despersonalización (falta de empatía y cuidado sobre nosotros mismos). 

Motivos por los que surge el burnout

Uno de los motivos es debido a la personalidad, es decir, aquellas personas que constantemente buscan la perfección, les cuesta trabajo pedir ayuda aunque la necesiten, así como gustan de tener todo bajo su control todo en todo momento. 

Uno de los más frecuentes es cuando nos encontramos con el trabajo, posiblemente el ambiente sea caótico o estresante o una falta de reconocimiento en cuanto a tu persona con la empresa.

Por otro lado, el estilo de vida que llevamos es exigente debido a la cantidad de actividades que requerimos realizar durante el día, olvidando que no es cuestión de cantidad, sino de calidad.

“Uno no puede ser productivo, si no atendemos nuestras necesidades básicas.”
  • Adály López

Uno de los motivos también que se ha observado es por estar atorados en una emoción debido a una falta de capacidad para soltar las cosas, o bien, constantemente nos encontramos en la misma situación o similares que nos provocan dicha emoción que nos afecta de manera significativa.

Por último, estamos tratando de escapar, constantemente estamos en alerta, para querer escapar buscamos realizar varias acciones de manera prolongada, agotándose constantemente.

  • Dejarlo salir

Todas esas emociones que sientes, esa presión en el pecho y ese dolor de cabeza frecuente, no quieras controlarlo, no quieras ignorarlo, sacalo de tu interior, cambia la pastilla de dolor de cabeza por un momento de liberar todo, sea por algo tan grave como un grito o algo tan delicado como una lágrima.

  • Un momento de silencio

Dejar que el tiempo pase, no hacer nada y si es sentimiento de querer hacer las cosas por querer hacer y sentirte productivo, aguantarlo. No hacer nada y procurar tu sentir es productivo. No hacer nada y darle un minuto de silencio a la persona que fuiste y despedirte, es productivo. Tomar un descanso de todo, es productivo.

  • Reconectar con lo que olvidaste

A veces nos sumergimos tanto en el trabajo o en el estudio que olvidamos aquellos pequeños detalles de la vida que nos haces felices, que nos mantenían con vida, positivos y con ganas, reconectar con escribir lo que te gustaba, cantar cuando te apetecía, leer tu libro favorito, estudiar idiomas si eso te interesa. Reconectar con quien éramos, somos y queremos ser.

¿Cuáles son los signos del surgimiento de llamas?

  • Falta de motivación en varias áreas de la vida, especialmente trabajo o estudios.
  • Sensación de dejar de hacer las cosas por pasión, sino como una máquina, de manera automática.
  • Los niveles de irritabilidad y cambios de humor se elevan. 
  • Dificultad para dejar ir pensamiento intensivos a todas horas del día.
  • Una constante sensación de no ser productivo durante el día.
  • Dolores de cabeza frecuentes y malestares estomacales.
  • Empezar a dudar o dudar de manera más frecuente sobre si nos gusta lo que hacemos, quienes somos, e incluso quienes queremos llegar a ser.
  • Se presentan sentimientos negativos de manera espontánea como la tristeza, preocupación, desánimo, entre otros.
  • Aumenta la necesidad de cubrir el estrés con comida, juegos o series para escapar del estrés abrumador y la realidad.
  • Dificultades para conciliar el sueño, a pesar de sentirnos agotados excesivamente.

Maneras de salir entre las llamas

Las recomendaciones para los expertos sin duda alguna es atender con un profesional para tratar el nivel de burnout, identificar la fuente de este agotamiento y establecer líneas de acción para sobrellevarlo y posteriormente irlo dejando a un lado, sin embargo, entre las recomendaciones que pueden hacerse en cualquier momento donde las llamas sentimos están tomando fuerza y una altura excesiva sobre nosotros, sugieren lo siguiente:

  • Tensión muscular

Realizar ejercicios de estiramientos o tensión muscular para liberar la presión, los ejercicios deben ser desde la punta de los pies hasta las manos, incluso ejercicios como aplaudir mientras se tiene el abdomen un poco apretado y la espalda relajada puede ayudar si se realiza 3 veces de cada lado.

  • Respiraciones consecutivas

Uno de los ejercicios es respirar de manera lenta y profunda inhalando por 6 segundo, reteniendo lo más que se pueda y exhalar durante 7 segundos, siendo las repeticiones que sean necesarias

  • Conexión de afecto

Posiblemente una de las más difíciles para algunos, tomar tiempo con nosotros mismos para reír es uno de los métodos para liberar tensión de manera sana, así como, la interacción con los demás, de acuerdo con los expertos, recibir un abrazo por 20 segundos le mande un mensaje al cerebro de encontrarnos fuera de peligro.

  • No buscar la perfección

Arraigado a la personalidad o incorporado en algún momento de nuestras vidas, la recomendación es dejar de buscar la perfección para buscar la excelencia, pues las raíces de esta son aprendizaje, crecimiento y mejora. 

Las recomendaciones de alguien que no sabía que se estaba quemando, no tenía noción del síndrome y las posibles maneras de sobrellevarlo, son las siguientes: 

Apagar las llamas

Uno de los síndromes que puede afectar a cualquier persona, sin importar la edad o profesión, no es simple admitir y reconocer que estamos pasando por un burnout, algunos nos juzgamos, nos preocupamos, nos exigimos, pasamos noches de desvelo pensando y dando vueltas al mismo asunto, intentando una y otra vez, ser buenos, mostrar estabilidad y felicidad con la vida, eso es agotador.

Hagamos que cada día cuente, a nuestro paso, sin querer correr, siempre haciendo las cosas a nuestra frecuencia, reencontrarnos con nosotros mismos, poniendo pasión, amor y calidez a todo, empezando por nuestro interior.

“Nada pesa tanto como el corazón cuando está cansado.”
  • José de San Martín



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